Comienza a hacer frío, comienza el otoño. Comienza el Año Judicial. Dándole vueltas a tantos comienzos en medio de la madrugada, he pensado en lo diferente que ha resultado este septiembre del pasado. Hoy no tenemos crispación, hoy tenemos entendimiento; hoy ya no tenemos dudas, hoy tenemos una crisis como un castillo; hoy no tenemos a Hernando, tenemos a Carlos Dívar. Y en el bueno de Dívar, y en eso de su ecuanimidad andaba yo pensando cuando me ha venido una canción a la cabeza...
Imagino a Bermejo bailando rítmicamente junto a Sáenz de Santamaría; imagino a Dívar dictando las sentencias que nunca ha dictado; imagino a Zapatero y a Rajoy reclinados en el diván como los dibujaría Peridis. Y sobre todos ellos caen adormecidas las hojas del otoño. Qué tiempos, estos, con las elecciones tan lejanas...