martes, 24 de febrero de 2009

La hoja caduca


Ser ministro es una cosa muy poco agradecida. Se desvive uno por los ciudadanos, renuncia a horas de sueño, soporta titulares sangrantes... y el día menos pensado, el presidente lo deja caer a uno como hoja caduca. Quizá se debería introducir en el contrato de ministro una "cláusula de volatilidad", una modalidad de trabajo precario de alto standing. Mariano Fernández Bermejo es como es, es como era cuando lo nombraron, pero el entorno no ha contribuido a sosegarlo. Si no era la persona adecuada para el cargo, el mundo judicial no ha sido tampoco el adecuado para este ministro. Cae Fernández como hoja caduca, cae como último vestigio del otoño de este Gobierno. Si Zapatero no se da prisa en calentar la primavera... puede que jamás veamos el deshielo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo felicito a Bermejo por su dimisión y tampoco lo interpreto como una admisión de culpabilidad. En USA, los abogados tienen el deber, articulado dentro de su código deontológico, de no solo cumplir con la ley y actuar de forma ética sino también de evitar ocasiones que pueden dar a pensar que hayan actuado de forma inapropiada. Por lo tanto, ha hecho lo correcto. Muy bien!

Anónimo dijo...

Bien, efectivamente por quien dimite... pero mal por quien lo eligió. Era un ministro combativo para un momento de consenso. ¡Gracias, Eric!

Anónimo dijo...

Eso, porque yo creo que la hoja ya nació caduca. Demasiado rebelde sin causa para la cartera de Justicia, hizo añorar (con motivo) a López Aguilar. A ver qué tal ahora con mi paisano Caamaño, maneras y ganas no le faltan...