Llegué como esa Lidia Bosch rubia, perfecta, fumadora y doliente que pintó Garci. Llegué al volante de mi coche y bajo una intensa lluvia asturiana. Y el fin de semana se desenrolló delante de mí, se coló entre mis dedos, y me dijo al oído que ya estaba bien... que merecía la pena sentir la arena entre los dedos. Vaya si la sentí.
lunes, 1 de septiembre de 2008
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2 comentarios:
Siempre nos quedará Asturias... Será que está cerca de aquí y que tengo lazos por allá, pero... es que tiene de tó! (David, ya te dije en mi blog: de nada. Para quien no te conozca, creo que pocos, un regalo para el Blog Day. Un saludo. Por aquí sigo, atento a lo que hagas).
Está bien eso de que me pongas como una "intensa lluvia asturiana" :-)))
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