viernes, 13 de marzo de 2009

Los abrazos que se pueden romper


Todos somos muy cuidadosos cuando nos disponemos a ver una película. Procuramos ir al cine en un estado de práctica virginidad, sabiendo lo mínimo sobre la cinta que vamos a consumir. No voy a desvelar el final de Los Abrazos Rotos, pero quien la haya visto comprenderá que desvelar el final no tendría tampoco una excesiva repercusión. He leído por ahí que es la película más arriesgada de Pedro Almodóvar. Lo es. Pero no porque la técnica o la narrativa sean complejas. O al menos no sólo por eso. La razón principal para calificar esta película como "arriesgada" es ésta: se trata de un largometraje que puede romper el largo y cálido abrazo del gran público con el cineasta manchego. Me explico. Los Abrazos Rotos es una auténtica obra de orfebrería, está rodada con muchísimo gusto, los actores han sido escogidos cuidadosamente... y la historia es una buena historia. Sí, ahora el pero. Almodóvar se inclina, en el 80 por ciento de la película, por lo que los pedantes llaman noir, cine negro, quizá thriller... y Pedro consigue rodar muy bien ese género. ¿El problema? Que la buena historia y el género logrado no casan. Es una historia perfecta para otro género, un género perfecto para otra historia. Ahora bien, como demuestra el vídeo que encabeza estas líneas... Pedro Almodóvar sigue sabiendo sacar comedia de donde otros no pueden. Él... él sí puede. ¿Lo abrazará el público? No lo abrazará la crítica.

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