lunes, 21 de abril de 2008

Perder lo que no se tiene

A mediados de enero, me desperté en una cama de no importa qué dormitorio de Asturias y encendí la radio. Carles Francino me contaba que Rajoy había dejado fuera de las listas a Gallardón. En ese momento comprendí que había malgastado su última oportunidad. Ya no habría reenganches: las elecciones estaban perdidas y el futuro se presentaba incierto. Y aquí está. Desde el 9 de marzo, Esperanza Aguirre no ha dejado pasar ninguna oportunidad de meterle el dedo en el ojo: la última, la de los socialdemócratas y los liberales; y sí, ha habido respuesta de Rajoy... pero en su línea. Nunca una amenaza de expulsión había sido tan indirecta.


Y no sólo es que Rajoy esté reaccionando tarde, es que después de los últimos 4 años como líder de la oposición [véase el vídeo adjunto], esta transformación no hay quien se la crea. En cualquier caso, la pelota está ahora en el campo del próximo congreso de junio. ¿Habrá candidatura de Aguirre? El País no contempla otra posibilidad...


La presidenta de la Comunidad de Madrid ha llegado tan lejos en sus desafíos a Rajoy que ahora resultaría incongruente que se conformara con haber servido de simple lanzadera para un sedicente debate ideológico. [...] una eventual renuncia a presentar su candidatura [...] sólo podría interpretarse en una clave: la de la duda sobre su victoria o, desde otra perspectiva, la del miedo a la derrota.
El Mundo dibuja a un Rajoy dictatorial que se nos antoja... extraño...
Es un sarcasmo que Rajoy invite a que se presenten otros candidatos al mismo tiempo que ejerce como juez y parte y, lejos de permanecer neutral, se dedica a dar patadas en las espinillas del posible rival desde el primer minuto. [...] el PP debería parar el reloj y resolver una cuestión previa: la de si existen o no garantías previas de juego limpio [...] Para ello, lo primero que tendría que hacer Rajoy es retirar sus desafortunadas palabras [...] y dar garantías a los compromisarios de que no habrá represalias contra ellos [...]
Sinceramente, no sabemos qué estrategia acabará conviniendo a todas las partes. Pero una cosa está clara: si a Rajoy le quedaba alguna oportunidad de "dar un puñetazo en la mesa", alguna remota posibilidad, ha vuelto a malgastarla con alusiones de refilón. Y eso que ya no debería tener nada que perder. Porque ya nada tiene.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego, no sé quién estará asesorando a este hombre, pero no le está haciendo demasiado bien...

Por otra parte... me encanta la foto! Jaja!

Jessica dijo...

Es lo que tiene pretender agradar a todo el mundo: que acabas encabronando a demasiada gente. No se puede ser a la vez conservador, liberal y socialdemócrata sin que alguno de tus posibles aliados te acabe afeando la conducta.

Creo que lo que le pasa a Rajoy es fruto de su propia indefinición, y por extensión la de su partido.

Anónimo dijo...

Lo que parece evidente a estas alturas es que ni Rajoy ni Aguirre son la solución a la crisis del PP como en su momento no lo eran ni Bono, ni Rosa Díez.... El PP necesita a su Zapatero el problema es que dudo de que haya suficiente democracia interna como para que pueda surgir un lider de esa forma en el seno del PP... Por otra parte, quién podría ser el Zapatero de los populares?

Nividhia dijo...

Hay que mirar en positivo... al menos este verano no se van a hacer periodicos de refritos ni de reportajes de nevera... estaremos todos pendiente de las puñaladas de estos

Anónimo dijo...

Preguntas, Drewig, quién podría ser el Zapatero de los populares... No lo sé. ¿Quién iba a imaginar que Zapatero sería el Zapatero de los socialistas?