miércoles, 10 de septiembre de 2008

Si Zapatero fuera un sherpa...

Para este miércoles, a las 9 de la mañana, está prevista una comparecencia del presidente del Gobierno ante el Congreso de los Diputados. Evidentemente, cuando muchos de vosotros leáis estas líneas... ya sabréis lo que ha dicho Rodríguez Zapatero en el hemiciclo. Eso ahora no importa. Lo que importa es la visión de conjunto, la imagen general. En poco más de un minuto, de la campaña electoral hasta el verano, podemos asistir a la evolución de un discurso político...


Éste es el hombre que hoy se sube a la tribuna. No sabemos qué razones ha tenido para el cambio de discurso que acabamos de escuchar, pero a ese recorrido tenemos que contraponer las medidas que ha venido adoptando el Consejo de Ministros. Se revelarán útiles o no, pero están tomadas. Hoy se nos presenta un plan para dinamizar los Servicios de Empleo: para que los parados encuentren trabajo más fácilmente. El debate está claro: ¿puede un Gobierno luchar contra la crisis económica... o simplemente capear el temporal? Si Zapatero fuera un sherpa, nos habríamos dado cuenta de que ha dado más de un rodeo en el camino a la cima... de que durante la escalada, nos ha entretenido con historias de viejos pastores leoneses. Ahora parece que retoma el sendero, que encara con crudeza la tormenta que envuelve los picachos. Lo importante es que culminemos la marcha con el menor número posible de rasguños, y ya llegará el momento de examinar al guía: de saber si volvemos a arriesgarnos a escalar tras su paso.

5 comentarios:

Bomarzo dijo...

Análisis frío, objetivo (dentro de lo subjetivos que todos somos) y, a mi juicio, muy acertado. Yo soy de los que piensa que el temporal hay que capearlo. La tormenta estaba prevista y no se puede hacer mucho para avitarla.

Anónimo dijo...

No sé si se puede evitar la tormenta, lo que sí sé es que se puede explicar mejor... y hoy, Zapatero tiene una oportunidad de oro.

Anónimo dijo...

me temo que ha defraudado un poco en su comparecencia. Rajoy, por cierto, tampoco ha estado a la altura.

Anónimo dijo...

No sé, Drewig... No ha sido la comparecencia ideal, pero ha sido la más seria sobre la crisis de los últimos meses... Quizá es cuestión de que siga entrando en calor...

gsantamaria dijo...

Francamente, creo que no deberíamos detenernos tanto en los discursos. Ayer, estoy de acuerdo, tan decepcionante el de unos como el de otros. Aunque tampoco era de esperar lo contrario.

Aquí partimos de un problema de base: pretendemos que unas personas en concreto (los responsables del Gobierno) arreglen el monstruo que hemos alimentado entre todos (y digo todos, aunque tú o yo, David, dudo mucho que hayamos tenido nada que ver, al pertenecer a la base de la estafa piramidal/generacional).
Y pretendemos, además, que lo arreglen sin caer en medidas impopulares. O nos enfrentamos a un panorama donde la medida más injusta posible, la socialización de pérdidas con los beneficios bien privatizados, parece que no extraña a nadie (no he visto a nadie alzar la voz con vehemencia ante la petición incesantemente repetida del principal partido de la oposición de aumento de las deducciones por vivienda, inyección directa de dinero público en el bolsillo de bancos y especuladores varios, que no olvidemos, ya se está dando), por lo que voy asumiendo que será lo que finalmente acontezca.

Simplemente, estamos ante la afloración de un problema estructural gravísimo y sin parangón en Occidente (me río yo de las "recesiones técnicas" de Alemania), y que ya estaba latente aunque se nos edulcorase (pero una mediana de sueldos por debajo de los 1000 euros, con una mediana de alquileres en torno a los 800, por no hablar de llocura de la vivienda en propiedad, es una crisis del copón, y así llevamos muchos años, aunque las cifras macro nos permitieran vivir en una falsa realidad), y que responde a una cuestión bastante básica: las clases obreras y mal llamadas medias han traído del futuro el dinero del trabajo de sus próximos 30 años para dárselos directa y voluntariamente (vía presión social) a unos pocos estafadores, a cambio de un pasivo inmobiliario con un precio megahinchado. Y cuando toda o casi toda la base de la pirámide ya ha entrado en el negocio-estafa, poca solución hay: ya están comprometidas las condiciones laborales de los próximos 30 años y las pensiones futuras.

Es imprescindible, por duro que suene, dejar muchos cadáveres de por medio. Ahora son cadáveres financieros, y no lo saben: pronto serán algo más, pues no tienen salida. Creo que el único método (y digo método, no medida, porque no las hay) para ir reequilibrando poco a poco la situación es la impopularísima DEFLACIÓN, impopular porque a los grandes capitales no interesa, pero único escenario factible. Y, por supuesto, lo que hace falta, de una vez por todas, es que los restos de clase obrera que quedemos espabilemos y no nos dejemos engañar por la sudamericanización que persiguen las élites (¿o es que a alguien le cuesta imaginar a Seseña como una grandilocuente favela?), y en la medida de lo posible, logremos la necesaria unión (y no hablo en términos territoriales, sino personales), tan contraria al cainita espíritu español...

Perdón por el tocho.

Un saludo.