La escena inicial (demasiado "digital", quizá) es impresionante, aunque no muestre nada que no sepamos o no intuyamos. Comenzamos en una fundición, donde las balas son moldeadas, prensadas, provistas de pólvora, almacenadas. Entre el embalaje y la frente de un niño de Liberia o Sierra Leona median sólo unos meses. El Señor de la Guerra es una película de Nicholas Cage... y eso, en cierto sentido, ya contribuye a restarle credibilidad: Yuri Orlov es un traficante de armas, aunque bien podría tratarse del protagonista de Family Man en sus ratos libres. El alegato contra la venta de armas es encomiable, incluso en algunos momentos consigue la película engancharnos al sofá, consigue que movamos la cabeza de un lado a otro con desaprobación. Pero eso no basta. No hay quien se crea lo del dictador de Liberia; no hay quien se crea lo del tío en Ucrania; no hay quien se crea el papel de superpoli internacional de Ethan Hawke. Pero es cine, amigos. Como decía... la escena inicial es preciosa. Por eso podéis disfrutarla aquí mismo. Para el resto de la película... reservad una tarde aburrida.
domingo, 9 de diciembre de 2007
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1 comentario:
la peli sera todo lo falsa que quieras pero es una historia real.
a mi me parece que esta muy bien
saludos
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