Nicolás tiene la Presidencia de la República, tiene un avión y tiene también un ansia infinita de protagonismo. Agitado, bien mezclado, con unas exóticas gotas de Chad... Voilà! En copa con borde agridulce, una rajita de limón y cuatro azafatas, el espectáculo está servido. Sarkozy amodorra al morlaco con un par de pases de pecho. Quizá, cuando regrese al hotel, se dé cuenta el maestro de que los mozos de espadas andan revueltos.
Idea vía |Cuchilladas|.
lunes, 5 de noviembre de 2007
Aerolíneas Sarkozy
Temas... Internacional, Política
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