La encuesta que hemos realizado durante los últimos días sobre Birmania es reveladora: el todavía poco concurrido [pero selecto] club de amigos de Testigo para la Acusación cree que lo que allí ocurre no nos interesa lo suficiente. De hecho, basta un vistazo a las portadas de los periódicos y los telediarios para darse cuenta de que los simpáticos monjes demócratas color azafrán no aparecen ya por ningún lado.
Esta noche, el ministro de Exteriores de Myanmar se ha dirigido a la Asamblea General de Naciones Unidas...
"We are greatly disturbed that neo-colonialism has reared its ugly head in recent years. The strategies they employ are obvious.La intervención completa |aquí|.
At a first step, they conduct media campaigns against the targeted country and spread disinformation that the country concerned is commiting gross human rights violations. They portray these campaigns as a fight for democracy.
Secondly, they impose sanctions which hinder economic development and cause poverty for the people. [...]
As a third step, they provide political, financial and other material support to create unrest in the country. Finally, under the pretext that a country is undemocratic, unstable, and that it poses a threat to international peace and security, the intervene directly and invade the country."
Y no hay mucho más que decir... ¿A qué nos suena la estrategia que describe el ministro? ¿Se puede aplicar a Birmania?
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