El alma humana tiene dos partes: una es la que tira al monte, la que te invita a insultar al inmigrante que está delante de ti en la cola del médico; la otra es la civilizada, la que te recuerda que eres un demócrata, europeo y civilizado. El hombre es débil por naturaleza, le
pesa mucho la naturaleza humana, y sólo con dificultad y muchos años de educación [sí, para la ciudadanía], consigue que se impongan en su carácter la moderación, la tolerancia y el respeto. Por eso es peligroso fomentar, siquiera de pasada, la relación irracional que todos establecemos entre inmigración y delincuencia, entre inmigración y colapso de los servicios sociales, entre inmigración y problemas. No es lógico ni honrado resaltar sólo la parte negativa. Lo que tienen que hacer los políticos es fomentar la regularidad de los inmigrantes: así todos cotizarán a la Seguridad Social, así el Estado ingresará más dinero, así habrá más recursos para servicios públicos. Así... se acabará "el problema". Ejemplo de político: el señor de la barba.
jueves, 28 de febrero de 2008
Contrato con... trato [o truco] (9M - 10)
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2 comentarios:
Buenísima la imagen de Zapajoy de la sidebar. Jajaja... Me he reído a base de bien. Y con tu comentario a pie de foto también. Muy bueno.
Sí, es un gran montaje... Cuando lo vi esta mañana en la portada del Ciberp@ís, tuve claro que eso había que compartirlo!! Saludos.
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