miércoles, 19 de marzo de 2008

La entrevista

La periodista se ajustó la chaqueta al cuerpo tirándose ligeramente de las mangas. Taconeó arriba y abajo a la espera del invitado. "Por fin una entrevista interesante" -pensó. "Tras la derrota de su partido en las elecciones, no tendrá más remedio que cambiar de discurso. Seremos portada". Sonrió para sí misma justo en el mismo instante en que sonaba el nítido timbre del ascensor. Tras las puertas, rodeado por una nube de asesores, el invitado. "Good afternoon" -le dijo con media sonrisa pero sin mirarla a los ojos. Ella se sorprendió, comenzó a caminar y guió a la comitiva hasta el estudio de radio. "Qué se habrá creído" -murmuró para sus adentros a lo largo del pasillo acristalado. Pero una vez sentada frente a él, con los micrófonos abiertos, el enfado dejó paso a la curiosidad periodística. "¿Tendrían que haberle concedido más tiempo a Saddam Hussein?" -preguntó sin malicia. "No. Volvería a actuar de la misma manera. Fue un momento muy difícil para mí personalmente, pero mis convicciones, mi conciencia, mi mente... están limpias. Tomamos la decisión correcta". La periodista envió un mensaje a su productor a través del ordenador: "este tío es imbécil".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, testigo. pues sí que son imbeciles Ánsar, Bush y compañía. Lo que pasa que están por encima de la ley. ¿Por qué no es posible que respondan ante la Justicia? Ese sería un momento muy feliz en mi vida, que no se producirá nunca. Un saludo, compañero.

Anónimo dijo...

Eh, que el insulto no lo pongo yo, que lo pone la periodista!