jueves, 22 de mayo de 2008

La brea

Comenzó a moverse muy lentamente. Al principio era sólo una leve vibración, que apenas consiguió un desplazamiento de un par de milímetros. Después, con la fuerza del sudor y al abrigo del aliento, la vibración fue adquiriendo consistencia. Se convirtió en un traqueteo insistente. Unos segundos más tarde, la lengua consiguió desembarazarse de la brea del odio y comenzó a golpear con virulencia sobre el paladar. El huracán de la voz lo llenó todo de sentido: "¡Gora Euskadi askatutaaaaa!" El aire de la mañana francesa huele, desde entonces, a huevos podridos.

||||| Édgar [o Edgar] Rovira cuestiona eso del "número 1"...
||||| Nacho Corredor me ha recordado el "número 1"... de Público
||||| Juan Manuel Benítez [Política Pop] despierta otros recuerdos

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ése acento en la É de Edgar me ha matado.

Anónimo dijo...

No te preocupes, que ya lo arreglo... ;)

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Seguirá oliendo...
Abrazos,
Diego