jueves, 8 de mayo de 2008

Y yo digo... "amén"

Porque me avergüenza el reparto de escaños de la ley actual. Porque es necesario para mejorar la representatividad de los partidos. Y porque una democracia que se renueva es una democracia viva. El anuncio de María Teresa Fernández de la Vega [el impulso a una reforma de la Ley del Régimen Electoral General] debería abrir portadas en todos los periódicos. Creo que eso no ocurre hoy... en ninguno.


Inmediatamente, he recordado un artículo de fondo publicado en El País pocos días después de las últimas elecciones [de donde proceden los gráficos que ilustran este post]. En él, se refleja una propuesta de reforma del sistema electoral elaborada por la Universidad de Granada. Es una opción, una de tantas, pero que resulta sumamente interesante. Se podría resumir así:

a) Sería necesaria una reforma de la Constitución para que el Congreso pudiera estar compuesto de más de 400 escaños. El ejemplo de la Universidad de Granada se basa en una cifra de 420.

b) Actualmente, las provincias [circunscripciones] eligen un número determinado de diputados según su población. Pues bien, ese número se alteraría ligeramente según el mapa adjunto.

c) El día de las elecciones, los escaños se repartirían en tres tandas. En la primera tanda se repartirían 350, como hasta ahora, según la Ley d'Hont; en la segunda, se haría un reparto de 380, pero sólo se atribuiría a los partidos los escaños que excedan la cantidad conseguida en el anterior reparto; en la tercera tanda, se repartirían 420 diputados contando el cuadrado de los votos de los partidos, y sólo se adjudicarían los que excedan al segundo reparto.

d) Las papeletas también cambiarían. Las listas de los partidos serían cerradas, no se podrían añadir candidatos. Lo que sí se podría hacer es valorar a esos candidatos. Es decir, decidir el orden en el que los queremos. Muy interesante.


¿Complicado? Puede parecer que sí, pero la página dedicada a la propuesta de reforma lo deja todo bastante más claro. En cualquier caso, como se puede ver en el hemiciclo sobre estas líneas, si las elecciones del 9M se hubieran celebrado bajo la nueva ley, las distancias entre los partidos grandes no serían sustancialmente distintas. Pero los partidos pequeños [sobre todo IU y UPyD] estarían mucho mejor representados. Por eso, sólo por eso, yo digo... "amén".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mal no me parecen todas esas reformas, son necesarias desde luego, pero hay algo que creo no funcionaría; La valoración de los candidatos.

Y no lo haría por el mismo motivo por el que difícilmente las listas abiertas funcionarían, y es que nadie se para a mirar quién le interesa más y quién no.

Las votaciones al Senado ya son un sistema de listas abiertas y muy poca gente se para a mirar a quién señala con la cruz. Vota al mismo partido que ha votado en el Congreso y ya. Esfuerzo suficiente es ir a votar, como para tener que saberte los nombres, y los atributos, de todo el que se presenta.

Ése es el único pero, todo lo demás me parece estupendo.

Anónimo dijo...

Échale un vistazo al sistema electoral irlandés. Es complicado y, como todos, tiene sus ventajas e inconvenientes, pero equilibra bastante bien la proporcionalidad y la posibilidad de usar listas abiertas con la formación de Gobiernos estables. Más información en Wikipedia. http://en.wikipedia.org/wiki/Single_transferable_vote

Anónimo dijo...

Le he echado un vistazo, César, y me parece que soluciona bien el tema de los votos perdidos... ¿No podría aplicarse a la propuesta de papeleta que hace la Universidad de Granada?

Josu dijo...

Lo siento, pero el sistema propuesto por la univ. de Granada me parece innecesariamente complejo y alambicado.
Hay formas mucho más sencillas de reformar el sistema electoral, que ni siquiera exigen reformar la constitución.